Prisca Guadalupe Awiti Alcaraz, quien alcanzó un logro sin precedentes para México al obtener la primera medalla de plata en judo en unos Juegos Olímpicos, publicó este miércoles un emotivo mensaje en su cuenta de Instagram para agradecer el apoyo recibido en este proceso.
El pasado 30 de julio, la competidora de 28 años, vestida de azul, se impuso a su rival eslovena Andreja Leški en la categoría femenil de 63 kilogramos en París 2024, marcando un momento inolvidable para el deporte mexicano.
Un par de días después, Prisca reconoció a su familia y amigos por el respaldo que le han brindado, pero sobre todo a México, por brindarle la oportunidad de alcanzar sus sueños.
“Qué día! Lágrimas, lágrimas y lágrimas. No tengo palabras para expresar todo lo que sentí y todo el apoyo que he recibido! Gracias a todos los que me apoyaron ese día. Sentí toda su energía conmigo en cada pelea! Sigue siendo bastante surrealista, pero espero que esto inspire a la próxima generación a saber que con trabajo duro y dedicación todo es posible. Gracias México por darme la oportunidad de alcanzar mis sueños! 🥹🇲🇽 Sentí el apoyo de todo el país ese día!”, escribió en su perfil.
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Una carrera prometedora
Nacida en Londres, esta talentosa atleta decidió en 2017 representar a México en competencias deportivas. Actualmente, Prisca Awiti entrena la escuela de judo Chi Kai en Celaya, Guanajuato, donde ha encontrado una profunda conexión con el país. “Elegí México porque aquí encontré alegría. Aquí luchan con su corazón y lo hacen por su país. No es por dinero, sino porque quieren ver el país mejorar», afirmó.
La judoca de 26 años, de madre mexicana y padre keniata, capturó la atención mundial con su desempeño sobresaliente. Su victoria no solo ha resonado en México, sino que ha dado la vuelta al mundo, destacando su talento y dedicación.
Un dato curioso es que su novio, Oscar Rojas, la apoyó en su preparación para la competencia. Además, su madre, María Dolores Alcaraz Pérez, originaria de León, Guanajuato, fue la única que la acompañó a París, mientras que su padre, Xavier Awiti, tuvo que permanecer en Londres por motivos de trabajo. La familia de Prisca siguió el combate desde una tableta en una cafetería parisina, ya que no recibieron boletos debido a que el Comité Olímpico Mexicano no la consideró una esperanza de medalla.
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Inspiración y legado
La historia de Prisca es un ejemplo de determinación y pasión. Su éxito en París 2024 inspirará a muchas niñas en México a perseguir sus sueños en el judo o cualquier otro deporte. Sin duda, se ha convertido en una leyenda y en un símbolo de orgullo nacional.
Esta deportistas ha marcado un antes y un después en el judo mexicano. Su medalla de plata en los Juegos Olímpicos de París 2024 no solo es un logro personal, sino un triunfo para todos los mexicanos.